Abbott y Real Madrid: una alianza global para combatir la malnutrición infantil a través de hábitos saludables
La alianza ya ha capacitado a más de 35 mil personas en América Latina, entregado 220 mil cintas nutricionales y formado a niños y niñas en 12 países.
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Empresa: Abbott / Código de asociado CCL: 021540.5
Sandi Narciso
snarciso@camaralima.org.pe
La malnutrición infantil continúa siendo una de las principales amenazas para el desarrollo físico, cognitivo y social de millones de niños en el mundo. En respuesta a esta problemática, Abbott y el Real Madrid Club de Fútbol, junto con su Fundación, han unido fuerzas para ejecutar una campaña global centrada en la educación nutricional y la promoción de hábitos saludables desde la infancia. Esta iniciativa busca generar un impacto tangible y duradero en comunidades vulnerables de 12 países, entre ellos Perú, a través de una combinación de formación, herramientas médicas y acompañamiento comunitario.
Educación nutricional y deportiva: una estrategia integral
Desde el inicio de la alianza en 2022, más de 67,000 horas de formación en salud y nutrición han sido impartidas en las Escuelas Sociodeportivas de la Fundación Real Madrid. El enfoque es claro: enseñar a los niños principios fundamentales de alimentación equilibrada y fomentar estilos de vida activos. Esta formación trasciende el aula y el campo deportivo, ya que se plantea como una herramienta para replicar y consolidar comportamientos saludables en el entorno familiar y social.
Perú forma parte de los 12 países beneficiados por este programa, junto a Brasil, Colombia, México, Guatemala y otros. La elección de las escuelas deportivas como punto de intervención no es casual: el deporte no solo es un canal motivador, sino también un espacio donde los niños pueden interiorizar valores como la disciplina, la constancia y el autocuidado.

Tecnología médica accesible para la detección temprana
La prevención y detección de la malnutrición son elementos clave en esta estrategia. Abbott ha distribuido más de 220,000 cintas MUAC z-score en América Latina, una herramienta sencilla pero efectiva para medir la circunferencia del brazo de los niños y detectar posibles riesgos nutricionales. A la par, más de 35,000 profesionales de la salud, entrenadores y líderes comunitarios han sido capacitados en su uso, permitiendo ampliar la cobertura de diagnóstico sin depender exclusivamente de los sistemas de salud formales.
Estas acciones forman parte del objetivo global de Abbott de mejorar la vida de 3 mil millones de personas al año hacia 2030. Esta visión se articula desde el Centro Abbott de Soluciones para la Malnutrición, que trabaja en programas escalables y sostenibles, enfocados en poblaciones con acceso limitado a atención médica y educación nutricional de calidad.
El cerebro también se educa: cómo nacen los hábitos saludables
Uno de los pilares del programa educativo es enseñar a los niños cómo se forman los hábitos. Más allá de simplemente dar indicaciones, se busca que comprendan el proceso psicológico detrás de la repetición de conductas saludables. Se trabaja con el concepto del “bucle de retroalimentación”, un mecanismo donde el cerebro asocia acciones repetidas con emociones positivas, facilitando su consolidación.
Una técnica aplicada es la “acumulación de hábitos”, que consiste en emparejar una nueva conducta con una ya establecida (por ejemplo, tomar un suplemento nutricional justo después de lavarse los dientes). Este método, promovido por Abbott, busca insertar nuevas rutinas sin generar disrupciones importantes en la vida cotidiana de los niños.
Según especialistas como el profesor John Weinman, del King’s College de Londres, la clave para la formación de nuevos hábitos está en la repetición consciente y en el refuerzo positivo. El entorno también juega un rol determinante, por lo que se trabaja con las familias y comunidades para crear espacios que fomenten estas prácticas de manera constante.

Un impacto que trasciende generaciones
El enfoque de la campaña es multigeneracional. Cuando un niño adopta hábitos saludables, no solo mejora su desarrollo físico e intelectual, sino que también influye en quienes lo rodean. El programa de Abbott y el Real Madrid apuesta por ese efecto multiplicador: niños que se convierten en agentes de cambio, que promueven una cultura del bienestar en sus hogares y, con el tiempo, en sus comunidades.
Los beneficios no se limitan al presente. Estudios muestran que una infancia bien nutrida y activa se traduce en adultos con mayor productividad, menor incidencia de enfermedades crónicas y una mejor calidad de vida. En términos económicos, estas mejoras se reflejan en menores costos de atención médica y en una fuerza laboral más capacitada.
En este contexto, la lucha contra la malnutrición se posiciona como una prioridad estratégica para el desarrollo sostenible. La intervención temprana no solo salva vidas, sino que construye las bases para sociedades más equitativas, resilientes y productivas.
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